EL LLUJTI EN LOS CAFETALES
(Tradición oral coroiqueña)
Una vez estuve en mi cafetal cosechando café con mi abuelita Escolástica, quien era muy viejita de aproximadamente 114 años, utilizaba dos bastones y caminaba a penas. Tal día cuando estuvimos comiendo en hora de almuerzo; de repente escuché una especie de voz o silbido muy bonito y fino, parecía como si una sirena estuviera silbando, por eso le pregunté a mi abuelita: _¿Qué es eso abuelita? _y ella me respondió _el que esta silbando es el Llujti.
Dice que hace muchos años atrás siempre caminaban los Llujtis, eran como duendes, pequeños enanitos muy sucios harapientos, pulgosos y sus cabellos enredados por la pestilencia; rondaban en busca de legía (producto tipo galleta, elaborado con ceniza de ciertos vegetales, agregado con agua azucarada, que sirve para endulzar el masticado de coca); y ella me contó que un día estaba solita en su cafetal y vino ese Llujti diciendo: _ Lejiyita pues regálame_ y ella respondió _ ¡ya toma! _. Y después el Llujti se fue muy contento.
Dice que era como un duende pequeño de cabellos largos y muy enredados y los dedos de los pies estaban mirados hacia atrás y los talones hacia delante. Se dice que los llujtis vivían en lugares apartados y calurosos, en ríos lejanos; en la actualidad se siguen escuchando los silbidos pero no su presencia.
Finalmente, cabe aclarar que en el altiplano los habitantes conocen a la legía con el nombre de LLUJT’A. Seguramente este denominativo se da por esos misterios del famoso Llujti, que es un personaje mítico de la cultura yungueña, a quien le encanta la lejía. Por: Lilian A. Jove Quispe (3° “B”)
(Tradición oral coroiqueña)
Una vez estuve en mi cafetal cosechando café con mi abuelita Escolástica, quien era muy viejita de aproximadamente 114 años, utilizaba dos bastones y caminaba a penas. Tal día cuando estuvimos comiendo en hora de almuerzo; de repente escuché una especie de voz o silbido muy bonito y fino, parecía como si una sirena estuviera silbando, por eso le pregunté a mi abuelita: _¿Qué es eso abuelita? _y ella me respondió _el que esta silbando es el Llujti.
Dice que hace muchos años atrás siempre caminaban los Llujtis, eran como duendes, pequeños enanitos muy sucios harapientos, pulgosos y sus cabellos enredados por la pestilencia; rondaban en busca de legía (producto tipo galleta, elaborado con ceniza de ciertos vegetales, agregado con agua azucarada, que sirve para endulzar el masticado de coca); y ella me contó que un día estaba solita en su cafetal y vino ese Llujti diciendo: _ Lejiyita pues regálame_ y ella respondió _ ¡ya toma! _. Y después el Llujti se fue muy contento.
Dice que era como un duende pequeño de cabellos largos y muy enredados y los dedos de los pies estaban mirados hacia atrás y los talones hacia delante. Se dice que los llujtis vivían en lugares apartados y calurosos, en ríos lejanos; en la actualidad se siguen escuchando los silbidos pero no su presencia.
Finalmente, cabe aclarar que en el altiplano los habitantes conocen a la legía con el nombre de LLUJT’A. Seguramente este denominativo se da por esos misterios del famoso Llujti, que es un personaje mítico de la cultura yungueña, a quien le encanta la lejía. Por: Lilian A. Jove Quispe (3° “B”)