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sábado, 6 de agosto de 2011

PARA LA JUVENTUD

Por: Prof. René G. Soto Pelaise
Todo ser humano tiene la dicha de transitar por el sendero de la juventud, de manera que, el paso por esta etapa, en muchos casos, provoca confusión o desacierto respecto al sentido de la vida. Tal es así que, muchos jóvenes confunden la vida estando en este lapso; asimismo, las expresiones y frases que la sociedad propala, como ser: “Hay que disfrutar y aprovechar a lo máximo la vida mientras seamos jóvenes”, “la vida se goza estando joven”, “cuando uno muere no lleva nada, sólo lo que disfrutó”, “la vida se ha hecho para gozar”, etc. generan desconciertos, por ello, varios encaminan sus destinos equivocadamente. Pero, ¿qué significa aprovechar y disfrutar la juventud? ¿Cómo y para qué disfrutar? ¿Qué significa ser joven?
“La juventud es época de construir cimientos, de invertir un tiempo y un esfuerzo que nos darán frutos de inmediato, pero tal inversión es necesaria para poder construir sobre esos cimientos una torre monumental. Las semillas sembradas en la juventud germinarán invariablemente en la madurez, si fueron limpias y buenas de ellas nacerán árboles bellos y frondosos. La juventud es el momento de adquirir conocimientos, valores, fuerza de carácter, salud, bases económicas: adquirir y llenarse, para después tener algo que dar. Es fácil perder el rumbo de la vida si desde la juventud no se ha definido un código de valores y unas metas vitales claras. El adolescente es como un náufrago con sed. Pornografía, drogas, alcohol, rebeldía, y desmanes son agua de mar. Quienes la beben no mitigan su sed y mueren con mayor rapidez”.
Sabiamente la Biblia afirma: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen loa años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras las estrellas…” (Eclesiastés, 11:9-10). Definitivamente, la Biblia nos exhorta sobre la actitud del joven; pues siendo joven uno incurre en muchos jolgorios, actividades ilícitas, escarnece a los padres y a la familia, desobedece las reglas y leyes, no proyecta su futuro y desperdicia su vida tierna en vanidades. Pero, por todas estas cosas y hechos Dios nos pedirá cuenta; porque lo que se siembra se cosecha. La vida tarde o temprano nos cobra la factura de lo que hicimos.
Si estando joven uno se dedica a la vida liberal con drogas, alcohol y promiscuidad, muy pronto la vida le cobrará la factura con su estado de salud y situación en la sociedad. Seguramente enfermará prematuramente, ya no podrá desempeñar normalmente sus actividades, la sociedad le tildará de basura social y la muerte estará presta para llevárselo. Así que, en la juventud se tiene que vivir con prudencia y con temor a Dios; no es concordante estar viviendo liberalmente conforme a nuestros antojos, tomando alcohol, consumiendo drogas, engañando al prójimo, asistiendo a fiestas y jaranas insulsas, descuidando los estudios y desacatando a las normas de la sociedad.

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