U.A.B. y la hermandad del profesoradO:
La familia docente del magisterio nacional es inmensa; por lo que, todos damos el hombro, la vida, tiempo, dedicación y contribución científica-tecnológica para seguir empujando el buque de la educación boliviana, hacia el horizonte fructífero y significativo que nos permita vivir en calidad. De manera que, el común denominador del maestro boliviano es educar a la niñez y juventud, incursionando hacia los senderos de la sabiduría, ciencia, arte, cultura y tecnología.
En diversas circunstancias se ha apreciado y constatado que la sociedad no valora el sacrificio y el trabajo docente; muchos gremios nos han criticado y tildado como un sector improductivo, imprescindible e incompetente; pero, tales afirmaciones no son ciertas ni tienen fundamentos lógicos; porque, gracias a la educación propiciada por los maestros, la sociedad desarrolla, prospera y encuentra mejores condiciones de vida. Si no hubiera el profesorado, la humanidad entera se vería truncada, frustrada, sin sentido de vida y subdesarrollada. De manera que, la ingratitud y la indiferencia social, nunca debe opacar las luces radiantes de un verdadero maestro.
Es más, por las posibilidades de superación y complementación académica en las diferentes universidades e instituciones superiores, el profesor sigue preparándose sin cesar. Lo que significa que, el maestro nunca deja de estudiar; aunque su salario es insuficiente y mísero, pues absteniendo y privándose de muchas cuestiones, se actualiza, busca otros títulos y tiende a mejorar su práctica pedagógica. Tal es el caso de los profesores que siguen cursos de licenciatura, maestría y diplomados en la Universidad Autónoma del Beni “Mariscal José Ballivián”, en coordinación con Centro de Altos Estudios Nacionales Federico Alhfeld (CAENFA). Pues en esta casa superior de estudios se hermanan los maestros urbanos y rurales; todos se complementan activamente formando nuevos ideales, políticas y paradigmas innovadores que encaren los problemas educativos de Bolivia.
Por ello, “queridos colegas”: sigamos transformando e iluminando las mentes tenebrosazas con luces radiantes de verdad, bondad y perseverancia. Aunque escasee el tiempo o se quiebre nuestra salud, siempre brindemos el apoyo incondicional a nuestros discípulos. Asimismo, como mentores diligentes, transformemos las fórmulas, tablas, teorías y conceptos estériles o áridos en exuberantes y fascinantes saberes que deleiten y sacien el espíritu sediento del educando tierno.
Definitivamente, sembrar las semillas de sabiduría y conocimiento en las tierras fértiles de la nueva generación es placentero. Aunque hoy no veamos los frutos, pero mañana de seguro estaremos cosechando dignos y destacados profesionales de diferentes rubros; eso será la gran satisfacción y recompensa de la difícil labor que hemos encarado en este mundo. (Por: Prof. René G. Soto Pelaise)
La familia docente del magisterio nacional es inmensa; por lo que, todos damos el hombro, la vida, tiempo, dedicación y contribución científica-tecnológica para seguir empujando el buque de la educación boliviana, hacia el horizonte fructífero y significativo que nos permita vivir en calidad. De manera que, el común denominador del maestro boliviano es educar a la niñez y juventud, incursionando hacia los senderos de la sabiduría, ciencia, arte, cultura y tecnología.
En diversas circunstancias se ha apreciado y constatado que la sociedad no valora el sacrificio y el trabajo docente; muchos gremios nos han criticado y tildado como un sector improductivo, imprescindible e incompetente; pero, tales afirmaciones no son ciertas ni tienen fundamentos lógicos; porque, gracias a la educación propiciada por los maestros, la sociedad desarrolla, prospera y encuentra mejores condiciones de vida. Si no hubiera el profesorado, la humanidad entera se vería truncada, frustrada, sin sentido de vida y subdesarrollada. De manera que, la ingratitud y la indiferencia social, nunca debe opacar las luces radiantes de un verdadero maestro.
Es más, por las posibilidades de superación y complementación académica en las diferentes universidades e instituciones superiores, el profesor sigue preparándose sin cesar. Lo que significa que, el maestro nunca deja de estudiar; aunque su salario es insuficiente y mísero, pues absteniendo y privándose de muchas cuestiones, se actualiza, busca otros títulos y tiende a mejorar su práctica pedagógica. Tal es el caso de los profesores que siguen cursos de licenciatura, maestría y diplomados en la Universidad Autónoma del Beni “Mariscal José Ballivián”, en coordinación con Centro de Altos Estudios Nacionales Federico Alhfeld (CAENFA). Pues en esta casa superior de estudios se hermanan los maestros urbanos y rurales; todos se complementan activamente formando nuevos ideales, políticas y paradigmas innovadores que encaren los problemas educativos de Bolivia.
Por ello, “queridos colegas”: sigamos transformando e iluminando las mentes tenebrosazas con luces radiantes de verdad, bondad y perseverancia. Aunque escasee el tiempo o se quiebre nuestra salud, siempre brindemos el apoyo incondicional a nuestros discípulos. Asimismo, como mentores diligentes, transformemos las fórmulas, tablas, teorías y conceptos estériles o áridos en exuberantes y fascinantes saberes que deleiten y sacien el espíritu sediento del educando tierno.
Definitivamente, sembrar las semillas de sabiduría y conocimiento en las tierras fértiles de la nueva generación es placentero. Aunque hoy no veamos los frutos, pero mañana de seguro estaremos cosechando dignos y destacados profesionales de diferentes rubros; eso será la gran satisfacción y recompensa de la difícil labor que hemos encarado en este mundo. (Por: Prof. René G. Soto Pelaise)
1 comentario:
CAEN-FA tendrá un acto de graduación el día 30 de enero,en el programa de Licenciatura en Pedagogía. Más información www.caenfe.edu.bo
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